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47 y los funcionarios del rey David han ido a felicitarlo y a desearle que Dios haga prosperar a Salomón y extienda su dominio más que el suyo. Incluso el propio rey David se inclinó en su cama para adorar a Dios, 48 y dijo: “Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, que ha permitido hoy que un descendiente mío suba al trono, y que yo lo vea.”

49 Los invitados de Adonías se pusieron a temblar; luego se levantaron todos, y cada uno se fue por su lado.

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